jueves, 11 de octubre de 2012

Talmud – Avoth Cap. 4, Mishnah 27

Rabbí Meír solía decir: no te fijes en el cántaro, sino en lo que hay en él. Hay cántaros nuevos llenos de vino añejo y cántaros viejos que ni siquiera contienen vino nuevo.


Las personas, en cierto modo, son como los cántaros. A menudo pensamos que la edad es un grado, y concedemos el voto de la experiencia a nuestros mayores y ancianos; pero olvidamos que la experiencia solamente se convierte en un grado cuando la persona ha aprendido de la misma.

Este extracto de la Mishnah nos enseña que, aunque no sea lo más habitual, los jóvenes también pueden gozar de ese voto de confianza que se concede a los ancianos; pues lo que cuenta no es el tiempo que hayamos vivido sino cómo lo hayamos aprovechado.

Así pues, aprendamos a valorar a los demás por lo que son; no por sus apariencias, pues pueden llevarnos a error.

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