martes, 16 de octubre de 2012

Hermetismo – Introducción a la Filosofía Hermética

El Hermetismo es uno de los caminos más secretos dentro de las distintas doctrinas espirituales, y uno mismo tampoco está dispuesto a desvelar más allá de lo que está permitido; pues cada uno hay cosas a las que debe llegar por si mismo y comprender a través del estudio personal.
No obstante, trataremos de explicar qué es el Hermetismo y cual es su filosofía, de modo que esas bases queden aclaradas. Poco a poco, y más adelante, iremos profundizando en las enseñanzas del Hermetismo y tratando de explicar, grosso modo, cada uno de sus apartados a nivel superficial. Para todo aquel que desee profundizar en el estudio de la ciencia hermética, recomendamos desde aquí la lectura de “El Kybalion” (en la versión de los Tres Iniciados) de Hermes Trismegistos.

Tal y como indica su nombre, el Hermetismo deriva de la figura del maestro Hermes Trismegistos (El tres veces grande). Hermes fue en su momento el mayor de los maestros. A su Egipto natal acudieron maestros de gran parte del mundo para aprender de sus palabras, y todos le consideraron como el mejor de ellos. A lo largo de su longeva vida terrenal formó grandes y numerosos discípulos, que más tarde se encargarían de difundir la sabiduría del maestro por el ancho mundo. Más adelante profundizaremos en el trabajo de Hermes; de momento, baste con lo dicho.
Cuando uno desea profundizar en los conocimientos herméticos hay algo que debe tener siempre en mente, y es que en ningún momento pretenden ser una doctrina o imponer las bases para religión alguna. Las enseñanzas y los caminos de Hermes son, sencillamente, una herramienta para que el iniciado comprenda mejor las leyes de la existencia, y todo aquello que, hasta el momento, le ha parecido insondable. Con esto quiero decir, que no tratamos de imponer nada, sino nada más lejos que exponer toda una serie de conocimientos al abasto del lector; siendo este quien decida la importancia que para él tienen, o pueden tener, los mismos.
Representación de Hermes Trismegistos
La voluntad del Gran Maestro fue la de sembrar las semillas de la Gran Verdad, para que estas germinaran en el interior de cada uno. Pero como bien sabemos, una semilla necesita siempre de las condiciones adecuadas para brotar. Del mismo modo, el conocimiento necesita unas bases sobre las que poder desarrollarse y crecer, siendo así como nos introducimos a la primera máxima de la Filosofía Hermética (que ya remitimos en el artículo de Kabbalah): “Los labios de la Sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído capaz de comprender”. Sobre este punto son muchas las dudas o preguntas que pueden surgirle a la persona ajena a estas corrientes; pero trataremos de explicar su razón planteándonos algunas de estas preguntas y respondiéndolas.
En primer lugar ¿Cómo saber cuándo estoy preparado? Bien, no se trata de ver cuando estamos preparados, pues siempre estamos preparados para algo, sino de ver qué somos capaces de asimilar y qué no en un momento dado. A partir de aquí, las cosas se irán presentando ante nuestros ojos sin que nos demos cuenta.
¿Qué pasa si no estoy preparado y leo esto; no puede haber error? No. Si hemos alcanzado a introducirnos en el estudio de la Filosofía Hermética pero no estamos listos para ella las palabras del Maestro serán, para nosotros, simplemente eso, palabras.
¿Por qué tanto misterio y secretismo? Porque durante muchos siglos, y aún hoy en día, la mayor parte de la humanidad ha estado poco dispuesta a la tolerancia y a aceptar otros criterios que no fueran los suyos propios. A tenor de esto, la mayoría de las ciencias espirituales han debido de ocultarse o sencillamente reservarse para aquellos realmente dispuestos al estudio.
¿Qué sucede si estoy preparado pero no encuentro lo que necesito? Si realmente estamos dispuestos para algo, aquello llegará a nosotros. Dice otra de las máximas: “Cuando el oído es capaz de oír, entonces vienen los labios que han de llenarlos con sabiduría”. Aún podríamos ir más allá y exponer la siguiente máxima: “Dondequiera que estén las huellas del Maestro, allí los oídos del que está pronto para recibir sus enseñanzas se abren de par en par”.
Todo lo expuesto, puede corroborarse con el principio de Causa y Efecto que explicaremos más adelante. Si bien ahora puede parecer algo complicado o inverosímil, pronto nos resultará sencillo comprobar lo contrario.

En conclusión. El Hermetismo es una corriente cuya virtud es la de exponer toda una serie de conocimientos en manos de quienes deseen aprender, a fin de que estos alumnos comprendan el mundo que les rodea, sus leyes y sus mecanismos. Todo ello siempre por medio del trabajo del alumno, que será el encargado de llegar a sus propias conclusiones a través de la reflexión sobre estos principios.

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