jueves, 11 de octubre de 2012

La Amatista y la leyenda de la Atlántida



    Cuenta la leyenda, que la mística tierra de la Atlántida era tan avanzada en lo que a ciencia y misticismo se refiere, que las grandes civilizaciones antiguas hubieran sido consideradas como meros poblados sedentarios, con un insignificante culto a la naturaleza y a la energía. 
    Las gentes, que eran sabias como el mismísimo Platón o Aristóteles, no negaban la existencia de un ser superior que les nutría y les daba vida, aunque creyeran en la ciencia y en lo natural. De las pocas informaciones que nos han llegado de esta tierra sin igual, destacaremos aquella que nos habla de los cristales tan especiales que con ellos vivían. 
  Estos cristales, tenían la particularidad de proteger la tierra, así como a las gentes que la habitaban. Pero estos, no pudieron proteger la Atlántida del desastre, que se les avecinó, cuando la energía suprema decidió acabar con este continente; pues como Zeus hizo a Asclepios, la energía entendió que tanta sabiduría, junto a la codicia humana solo podía conducir al desastre. Como bien sabemos, la Atlántida se hundió, quedando retenida en el fondo del mar, donde aun el ser humano anda buscándola. 
    Los más sabios, que supieron que esto ocurriría, decidieron hacer algo extraordinario y, acabando con sus vidas, decidieron encerrar sus almas en los minerales que hoy en día conocemos: cuarzos, amatistas, jades, turmalinas, jaspes, etc; con el fin de quedar por la posteridad en la tierra, para ayudar al hombre que después aparecería en el planeta. Es por eso, que debemos de cuidar nuestros minerales como si estuvieran vivos, pues dentro de cada uno de ellos hay un maestro que nos cuida y nos protege. 
    La leyenda finaliza diciendo que, si por casualidad el mineral llegara a romperse, significaría que el maestro se habríaa vuelto a sacrificar por ti, para quitarte un mal. Si esto nos ocurriera, recordad, queridos amigos, que debe de enterrarse ese mineral, pues lo que una vez fue de la tierra, en la tierra se debe quedar. 

Cristales de Amatista
La amatista, es uno de los minerales más conocidos y más utilizados en el mundo del ocultismo. Era llamada, la “piedra de las brujas” pues estas siempre la llevaban encima para protegerse de las energías enemigas. Si quieres reconocer a una bruja, lo harás fácilmente con este sistema; si la persona elige, sin coacción ninguna, una amatista entre otras piedras llamativas (como la pirita o el ojo de tigre) seguramente será una persona con un gran poder mental.
Tiene un color particularmente liliáceo, tirando a violeta, que nos hipnotiza cada vez que la miramos. Es el mineral perfecto para la transmutación, pues gracias a su color violeta, el mineral tiene la cualidad de transmutar todo lo negativo en positivo, protegiéndote de envidias, habladurías e incluso insultos, provocando que la persona olvide aquello que iba a decir de ti.
Es el mejor mineral, junto al cuarzo blanco, para la meditación. La amatista, es capaz de relajar a la persona, si esta adecuadamente preparada, haciendo que está entre en un estado de trance idóneo para este tipo de ejercicios mentales.
Muy conocida también por ser “la piedra de los sueños” la amatista ha sido utilizada por las llamadas brujas a modo de atrapasueños indio. Si el paciente tenía pesadillas o no descansaba lo suficiente, estas ponían una amatista debajo de la almohada rociada con esencia de lavanda, relajando a la persona hasta que el sueño le vencía.
La amatista pues, era una de los minerales idóneos elegidos por los maestros de la Atlántida para descansar hasta que alguien los eligiera, pues la sabiduría que ellos habían adquirido, se podía transmitir a través de esta piedra a aquellas personas que la utilizaran adecuadamente.
Es aconsejable, pues, tener siempre una amatista en el bolsillo o debajo de la almohada, pues nunca sabes cuándo, sabiendo lo que ahora sabes, la vas a echar en falta.
                                                                                             
                                                                                             Ten fe en ti mismo y sigue tu camino

No hay comentarios:

Publicar un comentario