Cuenta la leyenda, que la mística
tierra de la Atlántida era tan avanzada en lo que a ciencia y misticismo se
refiere, que las grandes civilizaciones antiguas hubieran sido consideradas
como meros poblados sedentarios, con un insignificante culto a la naturaleza y
a la energía.
Las gentes, que eran sabias como el mismísimo Platón o Aristóteles,
no negaban la existencia de un ser superior que les nutría y les daba vida,
aunque creyeran en la ciencia y en lo natural. De las pocas informaciones que
nos han llegado de esta tierra sin igual, destacaremos aquella que nos habla de
los cristales tan especiales que con ellos vivían.
Estos cristales, tenían la
particularidad de proteger la tierra, así como a las gentes que la habitaban. Pero
estos, no pudieron proteger la Atlántida del desastre, que se les avecinó,
cuando la energía suprema decidió acabar con este continente; pues como Zeus
hizo a Asclepios, la energía entendió que tanta sabiduría, junto a la codicia
humana solo podía conducir al desastre. Como bien sabemos, la Atlántida se hundió,
quedando retenida en el fondo del mar, donde aun el ser humano anda buscándola.
Los más sabios, que supieron que esto ocurriría, decidieron hacer algo
extraordinario y, acabando con sus vidas, decidieron encerrar sus almas en los
minerales que hoy en día conocemos: cuarzos, amatistas, jades, turmalinas,
jaspes, etc; con el fin de quedar por la posteridad en la tierra, para ayudar
al hombre que después aparecería en el planeta. Es por eso, que debemos de
cuidar nuestros minerales como si estuvieran vivos, pues dentro de cada uno de
ellos hay un maestro que nos cuida y nos protege.
La leyenda finaliza diciendo
que, si por casualidad el mineral llegara a romperse, significaría que el maestro
se habríaa vuelto a sacrificar por ti, para quitarte un mal. Si esto nos
ocurriera, recordad, queridos amigos, que debe de enterrarse ese mineral, pues lo
que una vez fue de la tierra, en la tierra se debe quedar.
Cristales de Amatista |
La amatista, es uno de los
minerales más conocidos y más utilizados en el mundo del ocultismo. Era llamada,
la “piedra de las brujas” pues estas siempre la llevaban encima para protegerse
de las energías enemigas. Si quieres reconocer a una bruja, lo harás fácilmente
con este sistema; si la persona elige, sin coacción ninguna, una amatista entre
otras piedras llamativas (como la pirita o el ojo de tigre) seguramente será
una persona con un gran poder mental.
Tiene un color particularmente liliáceo,
tirando a violeta, que nos hipnotiza cada vez que la miramos. Es el mineral
perfecto para la transmutación, pues gracias a su color violeta, el mineral
tiene la cualidad de transmutar todo lo negativo en positivo, protegiéndote de envidias,
habladurías e incluso insultos, provocando que la persona olvide aquello que iba
a decir de ti.
Es el mejor mineral, junto al
cuarzo blanco, para la meditación. La amatista, es capaz de relajar a la
persona, si esta adecuadamente preparada, haciendo que está entre en un estado
de trance idóneo para este tipo de ejercicios mentales.
Muy conocida también por ser “la
piedra de los sueños” la amatista ha sido utilizada por las llamadas brujas a
modo de atrapasueños indio. Si el paciente tenía pesadillas o no descansaba lo
suficiente, estas ponían una amatista debajo de la almohada rociada con esencia
de lavanda, relajando a la persona hasta que el sueño le vencía.
La amatista pues, era una de los
minerales idóneos elegidos por los maestros de la Atlántida para descansar
hasta que alguien los eligiera, pues la sabiduría que ellos habían adquirido,
se podía transmitir a través de esta piedra a aquellas personas que la utilizaran
adecuadamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario