La forma de expresarnos siempre
ha sido una marca definitoria de nuestro carácter, el respeto a las personas
mayores, la forma de hablar con nuestros padres, amigos, animales… es una
marca, una parte de tu esencia que se manifiesta a través de unos cuantos
sonidos entendibles por el resto de la gente que te rodea.
Pero estas expresiones, no son
solo meras palabras pasajeras, que como dice el refrán se las lleva el viento, pues las expresiones y la palabra en si son
una manifestación de la idea que tenemos formada en la mente y al darle existencia
física ya no se convierte en meros sonidos, sino en una creación hecha por nosotros.
Desde este punto de vista podemos decir que nosotros somos creadores y que la
palabra, aparte de ser una forma de expresión, es parte de nuestra creación diaria.
Pero, en este mundo, no todo es
tan sencillo, pues si lo fuera, no habría tantos estudios para desentrañar
todas las incógnitas que rodean el mundo. Con la palabra, no podría ser menos, pues
no es tan sencillo como parece. Os haré una cuestión, ¿Cuántas veces hemos
escuchado de palabras nuestra o de otros decir no digas nada, que cuando hablas sube el pan? ¿Nos hemos parado a
pensar porqué decimos esta frase?
¿Cuál es su significado?
Muchos responderéis que es una
forma de hablar, pero, los dichos, cuentos y formas de hablar provienen de
conceptos en el pasado que hicieron que esas expresiones salieran a la luz y
que por tanto se expresen en los momentos adecuados. La expresión cuando hablas sube el pan es un claro
ejemplo de lo que vamos a comentar aquí. Esta expresión significa, como muchos
sabréis, que todo lo que aquella persona menciona o dice, se hace realidad. Se le
asemeja esta habilidad a personas “especiales”, aquellos a los que llamamos
espirituales, magos o “muy sensibles” pero no tenemos en cuenta que TODOS
tenemos esa habilidad.
Sí señores, puede que os sorprenda,
horrorice o anime, según como sea la persona y como utilice su vocabulario,
pero las cosas son así. Todo lo que decimos por nuestra boca, ya sea bueno o
malo, toma parte de la esencia física y por tanto da pie a que esa palabra se
cree en el mundo físico dejando de ser una mera idea con sonido, para
convertirse en un suceso real.
Un ejemplo con el que todos os
sentiréis familiarizados: tenemos dos seres A y B. A hace un comentario poco
agradable a B que provoca que este se enfurezca. B, en vez de dialogar con su
compañero para aclarar la situación, guarda ese enfado para después ir soltando
puyas tales como “ojalá te atropelle un
camión” “espero que en la otra vida te conviertas en un mosquito” o “ojalá tu vida te vaya pero que me va a mí” Esto,
por mucho que B lo haga en un momento de enfado, hace que la situación que vaya
a vivir A en ese momento no sea propicia. Puede que no lo atropelle un camión,
pero si es posible que algo en su vida que debería de haber ido bien, se haya
visto alterado por las palabras de B, que ha intentado acabar con la felicidad
de A en cinco segundos.
Además, las fuerza con la que B
ha dicho esas palabras, pues estando enfadado la fuerza y el sentimiento son
mucho mayor que cuando estamos en frío, hace que las palabras sintonicen más
vibración energética, causando que la situación suceda con más probabilidad. Esto
puede generar un elemento que todos conocemos como Mal de Ojo, pues no es más
que los malos pensamientos llevados a la acción mediante la palabra.
Es por eso, que todos debemos de
ir con cuidado con lo que decimos. No puede ser que nos tomemos a la ligera algo
que nosotros creamos de pequeños. Los griegos ya lo decían en su momento, la
palabra es lo más importante, pues con ella haces salir a flote tu propio
entendimiento. Grandes oradores griegos han llegado a nuestras vidas porque han
sabido plasmar sus ideas en palabras, llegando a nosotros como conceptos.
Los magos, brujas o personas
especiales, debemos tener mucho cuidado cuando hablamos en un ritual ya que, no
solo estamos creando con la palabra, sino que somos conscientes de ello y esto
genera que utilicemos más fuerza para que las palabras se hagan realidad. Por eso,
son tan importantes los hechizos o conjuros, pues son la expresión de la idea
que tenemos forjada de cómo ha de solucionarse el problema a tratar.
El Yo Soy, hablado aquí, es la
expresión máxima del poder de la palabra, pues la idea que se forja de ese
poder interior, de ese “yo divino”, hace que tu energía crezca y se sintonice
con la energía suprema, haciendo que tú crezcas interiormente, como lo solemos
llamar.
Por tanto, ahora que todos
vosotros también sois conscientes del poder que tiene la palabra, gracias a
este blog, debéis ser conscientes también de lo poderosos que sois al momento
de pronunciar una conjunción de sonidos. Debéis saber exactamente que
significan y que aportará esa expresión al prójimo, pues ya que sabéis que connotaciones
tiene utilizar la palabra de mala manera, no quedaréis absueltos de castigo por
haberla utilizado mal.
Articulos relacionados
Metafísica - Introducción al "Yo Soy"
Yo Soy - Afirmaciones básicas del Yo Soy
Ten fe en ti mismo, y sigue tu camino.
Muchas gracias por estas palabras, estoy comenzando a ser consciente de mi palabra y la responsabilidad que conlleva. Éste texto y Los Cuatro Acuerdos van a ser mi guía en estos momentos. Abrazo grande y buen camino
ResponderEliminar