El Árbol de la Vida, o Árbol
Sephirótico, es la base de toda la Kabbalah y lo más profundo. En
él se encuentran, si uno investiga, todos los secretos y los
caminos. Es por ello que no es posible explicar todo lo que a él se
refiere ni siquiera en un largo volumen o enciclopedia; mucho menos
en un artículo. Pero a través de toda una serie de publicaciones,
trataremos de acercarnos cada vez más a los secretos que encierra
éste maravilloso árbol.
Antes de nada, se hace necesario
explicar de dónde sale este árbol, qué es. El Árbol de la
Vida es la manifestación de la Voluntad Limitada de Di-s en el
mundo. Con ello queremos decir que, se trata de una creación
del Eterno, Bendito Sea. Pero debemos tener presente que es una
manifestación de su Voluntad Limitada, no de su Voluntad Potencial
(más adelante publicaremos un artículo al respecto).
A través del Árbol la Luz Infinita se
va condensando, hasta llegar a los niveles más densos; al nivel
material situado en lo más bajo, luego veremos cómo sucede. En cada
estadio de condensación, van a manifestarse unas u otras cualidades
básicas.
Lo primero que debemos saber sobre el
Árbol de la Vida es que atraviesa los 4 Mundos. Estos son los
Mundos de Atzilut (Emanación), Bereiah
(Creación), Yetzirah (Formación) y Assiah
(Acción); que son los cuatro estadios de cada cosa, desde su
emanación en la voluntad hasta su aparición en la acción. Ellos
también conforman niveles de condensación.
Finalmente, antes de empezar,
definiremos el Concepto Sephirot (Revelaciones de la Voluntad
Limitada / también llamadas en castellano Esferas). En el
Árbol de la Vida encontramos un total de 10 Sephirot / Esferas, más
una oculta. Éstas son los centros de manifestación de distintas
características de la Voluntad Limitada de Di-s; que se corresponden
con su lugar en el cuerpo humano. Estas Sephirot, o esferas, actúan
como pantallas, de modo que la Luz del creador penetra desde lo más
alto, en la Corona, dónde se condensa por primera vez, y va
circulando por las demás que van condensando más y más esa Luz, o
energía, a fin de expresar las distintas formas de la Voluntad
Limitada del Eterno.
1 – Kether:
Corona Suprema
2 – Hockmah:
Sabiduría
3 – Binah:
Entendimiento
4 – Hesed:
Misericordia
5 – Gevurah:
Severidad
6 – Tipheret:
Belleza
7 – Netzah:
Victoria
8 – Hod:
Esplendor
9 – Yesod:
Fundamento
10 – Malkhut:
Reino
* – Da'at:
Fe / Conocimiento
Esto que ahora hemos dibujado como
entidades independientes, debemos concebirlo realmente como un Todo
Único. En realidad es todo una misma cosa, la expresión de la
divinidad, una esencia perfecta a la que, para entendernos hemos
denominado Voluntad Limitada.
Como podemos apreciar en las imágenes,
las Sephirot están unidas entre sí. Eso es lo que llamamos
Senderos, y contamos un total de 22 Senderos. Cada uno
de ellos tiene sus particularidades, define un carácter y una
esencia.
El ser humano debe aprender a transitar
por esos senderos, cumpliendo los objetivos de cada uno, por tal de
llegar mejorarse a sí mismo y conectar con el Eterno; para poder
evolucionar en su camino hacia Él. Pero esto es algo que sería
demasiado largo de explicar aquí; de modo que por ahora vamos a
limitarnos a describir de modo superficial las características de
esas Sephirot.
Cómo ya hemos dicho, tenemos un total
de 10 Sephirot, más Da'at la oculta. Empezando desde arriba la
primera es Kether, la Corona Suprema, por la que
penetra en nosotros la Luz del Eterno, Bendito Sea. Ella es la Unidad
Absoluta, es la esfera en la que se manifiesta la Voluntad Divina.
Después nos encontramos con Hockmah, la Sabiduría, el
principio de todas las cosas; la esfera en la que todo tiene su
principio de la forma más sutil. En ella encontramos las causas y
los principios más básicos de todas las ideas o acciones que más
tarde podamos llevar a cabo.
Binah, el
Entendimiento, es la sephirot desde la que podemos empezar a percibir
la pluralidad como parte de la unidad. También es la más elevada a
la que la mente humana puede acceder, pues es la que permite adquirir
la experiencia necesaria, a través del contacto con la pluralidad de
formas y expresiones de vida, para ir escalando los peldaños
necesarios en nuestra evolución. La siguiente es Da'at,
el Conocimiento o Fe, la esfera oculta que solo se revela en la
ausencia de Kether. Ella es el tercer poder consciente del intelecto,
asociada al alma, la memoria y la concentración. Binah conecta el
Conocimiento Superior, que emana de las anteriores sephirot, con el
Conocimiento Inferior, que le permite acceder hasta Malkhut.
En la progresión
descendente nos encontramos con Jesed, la Bondad. La
esfera de la Misericordia cuya manifestación máxima es el Amor. Una
de las características del Amor es precisamente la entrega, el
desprendimiento; por lo que es a través de esta esfera que el ser
humano es capaz de dar. Dar todo aquello que otro pueda necesitar.
Nos sigue la sephirot de
Gevurah, la Severidad, el Rigor. Si antes hemos dicho
que Jesed es el dar, el amor, Gevurah es la restricción, la
Recepción. Gevurah es la Justicia, que nos enseña que dar está
bien; siempre que sea con Justicia y Medida, pues un exceso de
prodigalidad puede dañarnos a nosotros y a los demás; en ella
recibimos para poder dar. Es por ello que a Gevurah le sigue
Tipheret, la Belleza, la esfera del Equilibrio. Ella es
la Medida Perfecta entre la Justicia, el Rigor y la Recepción de
Gevurah y el Amor, el Dar y la Prodigalidad de Jesed. Tipheret es el
equilibrio que nos ayuda a estar centrados y serenos en todo momento;
nos ayuda a superar el ego y a elevar cada vez más nuestro nivel
espiritual a través de la consciencia de unidad y de Justicia.
A continuación encontramos
Netzah, la Victoria. Ella representa la conquista del
Tiempo, la Eternidad, trascendiendo el paso de la muerte; es el
primer gran paso hacia la consciencia de la unidad. En Netzah uno
debe aprender a tener fe en uno mismo, confianza; una confianza que
se adquiere al tomar consciencia de unidad y saber que todo está
regido por una sola ley eterna e inmutable. A ella sigue la esfera de
Hod, el Esplendor, la conquista del espacio. Ella es la
consecución de nuestras metas, la sinceridad para con uno mismo, el
lugar en el que uno descubre qué es y cual es su propósito en la
vida para aceptarlo. Es la unión entre el propósito y la acción.
Ya llegando a las ultimas,
nos encontramos con Yesod, el Fundamento. En ella
converge la fuerza de todas las otras esferas, que ella conecta con
Malkhut. Es importante saber esto, pues Yesod es el primer paso que
se da desde la tierra, desde Malkhut; el primer contacto que se tiene
con todo el mundo superior lo tenemos en Yesod. Aquí vamos a
encontrar lo que necesitamos para desarrollar nuestras facultades con
justicia. Ella contiene la raíz de todo lo que está por encima, es
capaz de generar una gran fuente de vida cuando se llega a ella. Por
ello es el fundamento, porqué es la base a todo desarrollo, el
principio básico del progreso.
Finalmente alcanzamos
Malkhut, el Reino, la tierra. Es aquí dónde moramos
los seres humanos, en el nivel más denso de la Luz. En Malkhut
convergen los 4 Elementos, el terreno de la acción. Es dónde, y
desde dónde, debemos llevar a cabo nuestros actos. Aquí hemos de
cultivar la humildad como virtud, tratar de merecer el ascenso a
Yesod, el Fundamento, por medio del Buen Comportamiento, lo que
anteriormente llamamos Derech Eretz.
Más adelante
profundizaremos en todo lo que hoy solamente hemos esbozado, pues se
trata, como ya dijimos, de un tema realmente profundo. Con el tiempo
iremos introduciéndonos en él y captando los matices de cada
esfera, así como de los senderos y todo lo que conforma el Árbol de
la Vida.
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