martes, 30 de octubre de 2012

Kabbalah – El Árbol de la Vida I


El Árbol de la Vida, o Árbol Sephirótico, es la base de toda la Kabbalah y lo más profundo. En él se encuentran, si uno investiga, todos los secretos y los caminos. Es por ello que no es posible explicar todo lo que a él se refiere ni siquiera en un largo volumen o enciclopedia; mucho menos en un artículo. Pero a través de toda una serie de publicaciones, trataremos de acercarnos cada vez más a los secretos que encierra éste maravilloso árbol.

Antes de nada, se hace necesario explicar de dónde sale este árbol, qué es. El Árbol de la Vida es la manifestación de la Voluntad Limitada de Di-s en el mundo. Con ello queremos decir que, se trata de una creación del Eterno, Bendito Sea. Pero debemos tener presente que es una manifestación de su Voluntad Limitada, no de su Voluntad Potencial (más adelante publicaremos un artículo al respecto).
A través del Árbol la Luz Infinita se va condensando, hasta llegar a los niveles más densos; al nivel material situado en lo más bajo, luego veremos cómo sucede. En cada estadio de condensación, van a manifestarse unas u otras cualidades básicas.

Lo primero que debemos saber sobre el Árbol de la Vida es que atraviesa los 4 Mundos. Estos son los Mundos de Atzilut (Emanación), Bereiah (Creación), Yetzirah (Formación) y Assiah (Acción); que son los cuatro estadios de cada cosa, desde su emanación en la voluntad hasta su aparición en la acción. Ellos también conforman niveles de condensación.
Finalmente, antes de empezar, definiremos el Concepto Sephirot (Revelaciones de la Voluntad Limitada / también llamadas en castellano Esferas). En el Árbol de la Vida encontramos un total de 10 Sephirot / Esferas, más una oculta. Éstas son los centros de manifestación de distintas características de la Voluntad Limitada de Di-s; que se corresponden con su lugar en el cuerpo humano. Estas Sephirot, o esferas, actúan como pantallas, de modo que la Luz del creador penetra desde lo más alto, en la Corona, dónde se condensa por primera vez, y va circulando por las demás que van condensando más y más esa Luz, o energía, a fin de expresar las distintas formas de la Voluntad Limitada del Eterno.

Veamos ahora los nombres de las Sephirot:
1 – Kether: Corona Suprema
2 – Hockmah: Sabiduría
3 – Binah: Entendimiento
4 – Hesed: Misericordia
5 – Gevurah: Severidad
6 – Tipheret: Belleza
7 – Netzah: Victoria
8 – Hod: Esplendor
9 – Yesod: Fundamento
10 – Malkhut: Reino
* – Da'at: Fe / Conocimiento

Esto que ahora hemos dibujado como entidades independientes, debemos concebirlo realmente como un Todo Único. En realidad es todo una misma cosa, la expresión de la divinidad, una esencia perfecta a la que, para entendernos hemos denominado Voluntad Limitada.

Como podemos apreciar en las imágenes, las Sephirot están unidas entre sí. Eso es lo que llamamos Senderos, y contamos un total de 22 Senderos. Cada uno de ellos tiene sus particularidades, define un carácter y una esencia.
El ser humano debe aprender a transitar por esos senderos, cumpliendo los objetivos de cada uno, por tal de llegar mejorarse a sí mismo y conectar con el Eterno; para poder evolucionar en su camino hacia Él. Pero esto es algo que sería demasiado largo de explicar aquí; de modo que por ahora vamos a limitarnos a describir de modo superficial las características de esas Sephirot.

Cómo ya hemos dicho, tenemos un total de 10 Sephirot, más Da'at la oculta. Empezando desde arriba la primera es Kether, la Corona Suprema, por la que penetra en nosotros la Luz del Eterno, Bendito Sea. Ella es la Unidad Absoluta, es la esfera en la que se manifiesta la Voluntad Divina. Después nos encontramos con Hockmah, la Sabiduría, el principio de todas las cosas; la esfera en la que todo tiene su principio de la forma más sutil. En ella encontramos las causas y los principios más básicos de todas las ideas o acciones que más tarde podamos llevar a cabo.
Binah, el Entendimiento, es la sephirot desde la que podemos empezar a percibir la pluralidad como parte de la unidad. También es la más elevada a la que la mente humana puede acceder, pues es la que permite adquirir la experiencia necesaria, a través del contacto con la pluralidad de formas y expresiones de vida, para ir escalando los peldaños necesarios en nuestra evolución. La siguiente es Da'at, el Conocimiento o Fe, la esfera oculta que solo se revela en la ausencia de Kether. Ella es el tercer poder consciente del intelecto, asociada al alma, la memoria y la concentración. Binah conecta el Conocimiento Superior, que emana de las anteriores sephirot, con el Conocimiento Inferior, que le permite acceder hasta Malkhut.
En la progresión descendente nos encontramos con Jesed, la Bondad. La esfera de la Misericordia cuya manifestación máxima es el Amor. Una de las características del Amor es precisamente la entrega, el desprendimiento; por lo que es a través de esta esfera que el ser humano es capaz de dar. Dar todo aquello que otro pueda necesitar.
Nos sigue la sephirot de Gevurah, la Severidad, el Rigor. Si antes hemos dicho que Jesed es el dar, el amor, Gevurah es la restricción, la Recepción. Gevurah es la Justicia, que nos enseña que dar está bien; siempre que sea con Justicia y Medida, pues un exceso de prodigalidad puede dañarnos a nosotros y a los demás; en ella recibimos para poder dar. Es por ello que a Gevurah le sigue Tipheret, la Belleza, la esfera del Equilibrio. Ella es la Medida Perfecta entre la Justicia, el Rigor y la Recepción de Gevurah y el Amor, el Dar y la Prodigalidad de Jesed. Tipheret es el equilibrio que nos ayuda a estar centrados y serenos en todo momento; nos ayuda a superar el ego y a elevar cada vez más nuestro nivel espiritual a través de la consciencia de unidad y de Justicia.
A continuación encontramos Netzah, la Victoria. Ella representa la conquista del Tiempo, la Eternidad, trascendiendo el paso de la muerte; es el primer gran paso hacia la consciencia de la unidad. En Netzah uno debe aprender a tener fe en uno mismo, confianza; una confianza que se adquiere al tomar consciencia de unidad y saber que todo está regido por una sola ley eterna e inmutable. A ella sigue la esfera de Hod, el Esplendor, la conquista del espacio. Ella es la consecución de nuestras metas, la sinceridad para con uno mismo, el lugar en el que uno descubre qué es y cual es su propósito en la vida para aceptarlo. Es la unión entre el propósito y la acción.
Ya llegando a las ultimas, nos encontramos con Yesod, el Fundamento. En ella converge la fuerza de todas las otras esferas, que ella conecta con Malkhut. Es importante saber esto, pues Yesod es el primer paso que se da desde la tierra, desde Malkhut; el primer contacto que se tiene con todo el mundo superior lo tenemos en Yesod. Aquí vamos a encontrar lo que necesitamos para desarrollar nuestras facultades con justicia. Ella contiene la raíz de todo lo que está por encima, es capaz de generar una gran fuente de vida cuando se llega a ella. Por ello es el fundamento, porqué es la base a todo desarrollo, el principio básico del progreso.
Finalmente alcanzamos Malkhut, el Reino, la tierra. Es aquí dónde moramos los seres humanos, en el nivel más denso de la Luz. En Malkhut convergen los 4 Elementos, el terreno de la acción. Es dónde, y desde dónde, debemos llevar a cabo nuestros actos. Aquí hemos de cultivar la humildad como virtud, tratar de merecer el ascenso a Yesod, el Fundamento, por medio del Buen Comportamiento, lo que anteriormente llamamos Derech Eretz.

Más adelante profundizaremos en todo lo que hoy solamente hemos esbozado, pues se trata, como ya dijimos, de un tema realmente profundo. Con el tiempo iremos introduciéndonos en él y captando los matices de cada esfera, así como de los senderos y todo lo que conforma el Árbol de la Vida.

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